El castillo de Begur proporciona una de las vistas más hermosas de la Costa Brava y en general de l’Empordà. Situado en el centro del pueblo, ofrece vistas de las islas Medes, Sa Riera, el Canigó (montaña de los Pirineos), el Montgrí, Palamós, la desembocadura del río Ter, el cabo de Creus … un mirador de la Costa Brava excepcional, símbolo de Begur y con historia.
A pesar de que se han encontrado restos íberos y romanos, el castillo se remonta en sus orígenes al siglo XI, cuando fue documentado por primera vez en 1019 indicando su construcción por orden de Arnust de Begur. Posteriormente su control pasó de unas manos a otras, a mediados del s. XI se convirtió en propiedad de la condesa Ermessenda que, poco tiempo después, vendió a los Condes de Barcelona. Los legados continuaron hasta que el rey Pere IV el Ceremonioso sea quien lo vende a la familia Cruïlles (Guilabert de Cruïlles, señor de Peratallada) en 1360, esta familia lo conserva en su patrimonio durante siglos hasta que el barón Carles de Vilademany i de Cruïlles lo vende a la localidad de Begur en 1604.
Ya en propiedad del pueblo, sufrió el castigo de diferentes guerras, la Guerra Civil Catalana (1468), la incursión francesa de 1694 y la Guerra de la Indepencia contra los franceses en 1810. En este último ataque encontramos el incidente más destructivo para la fortaleza cuando el general inglés Doyle se lo arrebató a los franceses, dinamitándolo posteriormente.
La reconstrucción actual data del siglo XX y ofrece un acceso cómodo, es por tanto, un excursión muy recomendada para toda la familia, no sólo por el premio de las increibles vistas, además se puede aprovechar el día visitando Begur, una de las joyas de esta costa.
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Begur, la esencia de l’ Empordà
Tal y como decía el político e historiador Josep Pella i Forgas, originario de esta población, Begur (o Bagur) junto a Calonge, Cadaqués y Banyuls, son las cuatro localidades de la costa, que conservan de forma más pura la esencia de la antiquísima civilización empordanesa. Su población de origen indoeuropeo, predominantemente celta-gala, se caracteriza por el trato abierto, el buen humor y su pasión por la música.
El municipio está situado en pleno corazón de l’Empordà, sobre el conjunto de cerros del Macizo de Begur, donde destacan los restos de su castillo.
Begur cuenta con una abrupta y rocosa costa que confiere al entorno una belleza inigualable, además de un cierto aire salvaje e inexplorado. Un litoral donde se suceden entradas y salidas, calas y puntas, rincones y pequeños cabos, una sinuosa costa que cuenta con ocho calas: Platja del Racó, Illa Roja, Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna, Platja Fonda, Fornells y Aiguablava, totalmente distintas entre ellas, pero que coinciden en tener unas aguas cristalinas, azules y verdosas, debido a la abundante vegetación mediterránea que las protege, además de ofrecer al bañista unos fondos marinos paradisíacos, ideales para la práctica del submarinismo y el snorkel.
Esta población del Baix Empordà, muestra en sus calles y edificios una importante huella indiana, ya que muchos fueron los begurenses que emigraron a América por necesidad, huyendo de la crisis, y que a su vuelta en el s. XIX invirtieron su fortuna en la construcción de majestuosas casas estilo colonial además de introducir muchas de las costumbres de vida en Cuba.
En homenaje a todos ellos, Begur celebra a principios de septiembre la Fira d’Indians (Feria de los Indianos), en la que recuerda su pasado indiano llenando las calles con ritmos caribeños, decoración con fantásticos motivos, ropa de época, … todo lo necesario para asegurar la fiesta y la diversión con espectáculos en la calle como las recreaciones de la época indiana. Gracias a la colaboración de todo el pueblo y sus establecimientos, este ambiente contagia al curioso y asombrado visitante, transportándolo a una Cuba gerundense.
El encanto de las calles de su casco viejo, que conservan la esencia de su identidad, nos invita a disfrutar de un paseo que nos llevará a encontrarnos con la mezcla de fantásticas casas indianas y las torres de defensa del s. XVI erigidas para la protección contra los ataques de los piratas, como la Torre de Can Marquès, la de Sant Ramon o d’En Caixa, la Torre Hermanac de Can Pí o la torre Pella i Forgas, de la que fue propietario el citado historiador.
Otro atractivo del pueblo es la Iglesia de estilo gótico situada en la plaza principal o el Casino Cultural, que hace las funciones de cine en la actualidad, inaugurado en 1870 y también una iniciativa indiana, con su fachada de piedra sin pulir, grandes ventanales y puertas con molduras, resultante de la fusión de los dos antiguos casinos de la población, el Bagurense y La Unión.
Uno de los grandes reclamos de Begur, es la gran oferta de restaurantes de calidad, donde elaboran la cocina empordanesa basada en los productos locales y en su exquisito y sabroso pescado de roca, al que le basta unas brasas para convertirlo en un riquísimo plato (no en vano y sirva como muestra de las muchas opciones disponibles, recientemente nuestros lectores eligieron al restaurante Casa Juanita como uno de los restaurantes a visitar en la guía secreta de la Costa Brava donde seleccionamos sitios muy especiales por su calidad, localización y servicio). Y ya que hablamos del tema, recuerda que en primavera, Begur celebra las Jornadas Gastronómicas del Peix de Roca, una excelente oportunidad para acercarse a esta preciosa localidad y saborear las diversas recetas que sus restaurantes nos ofrecen.
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