Esta pequeña playita de El Port de la Selva, no tiene más de 10 m. de largo por 4 m. de ancho, está formada por grava y roca, por lo que unas zapatillas de agua son ideales para que nada frene tu camino hacia un baño en sus aguas cristalinas, que destacan ante las tonalidades grises del entorno rocoso y verdes de la vegetación que crece junto a ella.
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Afortunados son los propietarios de las casas situadas enfrente, junto al camino de ronda que baja hasta la cala, porque gozan de este rincón fantástico, ideal si quieres disfrutar de intimidad y poco bullicio.
Este particular refugio no dispone de servicios, pero si vienes en coche no hará falta dejarlo muy lejos, a 200 m. encontrarás el parking del mirador situado en el Km 1,2 de la GI-612.
Si en cambio te animas a caminar un rato, te aconsejamos tomes cualquier dirección que te apetezca, norte o sur, el litoral que encontrarás y las vistas de la bahía de este delicioso pueblo marinero, son todo un regalo.