En la Costa Brava, encontramos uno de los municipios más conocidos y visitados del Baix Empordà, Palafrugell. Esta localidad, de unos veinte mil habitantes pero que triplica su población con la llegada del verano, recorre parte de interior y parte de costa, y es uno de los centros económicos más importantes de la zona. Cuenta con un litoral de 12 kilómetros de caprichosas líneas, donde encontramos un variado surtido de pequeñas playas y calas, unas de arena, otras de roca, algunas protegidas por abundante vegetación, pero la mayoría ofrecen aguas turquesas y unos fondos marinos llenos de vida.
La localidad se compone de diversos núcleos de población, por un lado, en la zona del litoral, encontramos Calella de Palafrugell, Tamariu y Llafranc, que se suman a Palafrugell como centro neurálgico. El municipio recuerda actualmente, en muchos rincones y edificios, la importancia que la indústria del corcho tuvo para la población en el s.XVIII, cuyo reflejo encontraréis en el Museu del Suro, aunque en los últimos años, el sector servicios y turismo ha pasado a ser el principal motor económico. Su riqueza cultural, reconocida en la figura del palafrugense Josep Plà, junto a su gran oferta gastronómica y a las famosas canciones de puerto conocidas como habaneras, otorgan a este lugar la categoría de visita obligada en cualquier época del año.
Pero no hay duda que el reclamo principal durante el periodo estival, son sus preciosas y cuidadas playas y calas, que os recomendamos visitar ya sea en barca, kayak, o caminando a lo largo de los estupendos caminos de ronda que las enlazan. Para conocerlas mejor, os proponemos este viaje que iniciaremos de norte a sur.
Al sur del precioso municipio de Begur, iniciaremos nuestro recorrido en la Cala Marquesa, a la que sólo podremos llegar por mar, situada entre unas impresionantes paredes de granito de más de 40 m. de altura, y rodeada de islotes conocidos como; la illa de cala Marquesa, la Catedral y Sa Gavina.
Tras superar el saliente de la Punta des Banc, llegaremos a los sorprendentes acantilados rocosos de Aigua Xelida, con sus curiosos entrantes y salientes, algunas algo incómodas, pero sin duda son unas calitas de capricho. No es de extrañar que este lugar fuese premiado, hace unos años, como el rincón más bonito de Cataluña en un conocido programa de la televisión catalana.
Continuaremos hacia el sur para llegar a una de las playas más extensas que tiene Palafrugell, se trata de la playa de Tamariu, muy próxima al núcleo urbano, con un bonito paseo, en la que encontraremos muchas opciones para comer, tomar algún refresco, o incluso para pasar la noche en alguno de sus hoteles cercanos.
La bahía de Tamariu acoge a su playa en el centro y a dos playas más pequeñas, la de Aiguadolça al norte y la dels Lliris al sur. La primera recibe el nombre gracias a la fuente de agua dulce que brota a los pies de la cala, con una situación inmejorable al estar orientada al suroeste, donde se aprovecha más horas de sol y se mantiene protegida de la tramuntana.
La playa de les Lliris, es tremendamente conocida y frecuentada por los más niños, independientemente de la edad, ya que un trampolín situado encima de uno de los salientes rocosos, pone a prueba a los saltadores y ofrece al personal allí acampado, un extenso repertorio de saltos a cual más olímpico.
En este punto, te animamos a que realices un recorrido por el sendero que enlaza Tamariu con Cala Pedrosa, el camino que no supera los 4 km. entre ida y vuelta, ofrece unas vistas estupendas del litoral en todo momento. El descenso por el tramo de escaleras, un tanto tortuosas al final, se verá totalmente recompensado por las sardinas a la brasa o las tortillas de patata que podrás degustar en el famoso chiringuito, que parece colocado allí por arte de magia.
La Cala del Cau o cala dels Gens, una pequeña cala sin servicios, situada bajo el Faro de Sant Sebastià, lugar que te recomendamos visitar, junto al histórico poblado ibérico de St. Sebastià de la Guarda.
Nuestro siguiente punto comienza en el puerto deportivo de Llafranc, situado en el extremo norte, donde destacan las numerosas embarcaciones de su club náutico, tras él se extiende la concurrida y animada playa de Llafranc, no en vano conocida como la Marbella de los años 60 y 70, con más de 250 m. de arena, donde disfrutaremos de su numerosa oferta en actividades acuáticas, restaurantes, tiendecitas, etc.
Uno de los caminos de ronda mejor valorados de esta zona de la Costa Brava, es el que une Llafranc con Calella de Palafrugell. En un cómodo recorrido, de unos 4 km ida y vuelta, repleto de miradores en los que disfrutar de las maravillosas vistas del Mediterráneo, llegaremos al famoso y bello pueblo de pescadores donde las calles blancas, pintorescas «voltes» y ventanas floreadas, guardan el triste pero estimado son de las habaneras.
Calella de Palafrugell cuenta con un gran número de pequeñas calas, playas y «ports», a cual más bonita, para que según el día y tu estado de ánimo, escojas dónde darte el baño. A lo largo del litoral del municipio encontrarás la Playa El Canadell, de Sota de Sant Genís, En Calau, Port Bo o playa de las barcas, Port de Malaespina, Sa Platgeta d’en Cosme, Port Pelegrí y la playa de Sant Roc o dels Canyers.
Finalmente, muy próxima al Jardín Botanico del Cap Roig, escenario de grandes conciertos, gracias al festival que se realiza en los meses de julio y agosto, encontraremos la playa del Golfet, situada en un entorno natural.
Si todavía no habéis tenido la oportunidad de visitar la Costa Brava, y más concretamente la zona de l’Empordanet, como la bautizó el escritor Josep Plà, os recomendamos visitar Palafrugell, sus playas, gastronomía, diversión y gentes, os encantarán.
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