No hacen falta excusas para escaparse a la Costa Brava, aunque tras descubrir algunos de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, te faltará tiempo para planificar la próxima visita…

Y es que este bello litoral catalán nos ofrece playas y calas de ensueño, su escarpado litoral esconde rincones fabulosos que nos encontramos al recorrer sus caminos de ronda y … ¿qué decir de sus aguas?, ideales para la práctica de actividades acuáticas y submarinas.

Los pueblos más bonitos de la Costa Brava

Entre sus muchas cualidades no podemos olvidarnos de su excelente gastronomía, elaborada con productos locales de gran calidad y maridada con vinos denominación de origen empordanesa, ni su patrimonio cultural.

Por todo esto, te invitamos a acompañarnos en este recorrido por algunos de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, cada uno con su espectacular y singular belleza.

Begur, la esencia del Empordà

Tal y como decía el político e historiador Josep Pella i Forgas, originario de esta población, Begur (o Bagur) junto a Calonge, Cadaqués y Banyuls, son las cuatro localidades de la costa que conservan, de forma más pura, la esencia de la antiquísima civilización empordanesa.

El municipio está situado en pleno corazón de l’Empordà, sobre el conjunto de cerros del Macizo de Begur, donde destacan los restos de su castillo. Sus calles y edificios muestran una importante huella indiana, ya que muchos begurenses emigraron a América donde hicieron fortuna, y a su vuelta, en el s.XIX, invirtieron en la construcción de majestuosas casas estilo colonial.

En homenaje a todos ellos, Begur celebra a principios del mes de septiembre la Fira d’Indians (Feria de los Indianos), en la que recuerda su pasado indiano adornando sus calles y llenándolas con ritmos caribeños.

La localidad cuenta con una abrupta y rocosa costa que confiere al entorno una belleza inigualable, además de un cierto aire salvaje e inexplorado.

Una sinuosa costa que alberga ocho calas totalmente distintas, de aguas cristalinas y abundante vegetación: Platja del Racó, Illa Roja, Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna, Platja Fonda, Fornells y Aiguablava.

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Cadaqués, cabo de rocas

Aunque para la mayoría de turistas este precioso pueblecito pesquero del Alt Empordà era el motor de creación del “genio” del surrealismo Salvador Dalí, queremos destacar otras muchas razones que convierten a Cadaqués en una de las localidades más bellas e interesantes de la Costa Brava.

El origen de su topónimo es “Cap de Quers” o “Cap d’Aques” cuya traducción sería “cabo de rocas” , con mucha lógica porque está situado en el rocoso litoral del Parc Natural del Cap de Creus, cuya belleza geológica le contagia el tono salvaje de la reserva natural.

Hasta finales del siglo XIX este pueblecito se mantuvo aislado por tierra entre las montañas del Puig de Paní y Puig de Bufadors, viviendo de cara al mar se mantuvo con la única actividad que existía, la pesca.

Pero ante todo reconocemos a Cadaqués en las fotos por el blanco de sus fachadas y la silueta de la Iglesia de Santa María de Cadaqués de estilo gótico tardío (s. XVI-XVII) junto con el recinto medieval amurallado del casco antiguo y su característico pavimento denominado “rastell”, nada aconsejable si se calzan tacones…

Cadaqués se convirtió en el s.XX en un rincón de artistas surrealistas, escritores destacados o bohemios que encontraron entre sus calles y paisajes la inspiración que buscaban.

Algunas de esas figuras del arte son Pablo Picasso, Salvador Dalí (aunque se estableció en la playa de Portlligat), Federico García Lorca, Luís Buñuel, Marcel Duchamp, Max Ernst, Magritte, André Dérain, Richard Hamilton, Antonio Pitxot, Josep Pla y Eugeni d’Ors entre otros.

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Calella de Palafrugell, al son de la habaneras

Calella de Palafrugell uno de los últimos pueblos de pescadores que todavía mantiene su magia. Pintoresco y encantador, con sus calles estrechas, encaladas, sus “voltes” ( arcos abovedados del S.XIX ) que antiguamente fueron cobijo de pescadores. Aún hoy puede verse el trasiego de barcas y redes compartiendo las calas con los bañistas.

Pertenece al municipio de Palafrugell (Baix Empordà), cobijado por el cabo de Cap Roig y conectado a Llafranc por un camino de ronda que no puedes perderte.

Si te animas a recorrerlo de día podrás apreciar el azul tan especial del mar, su costa rocosa y la variedad de sus pequeñas calas, a cuál más singular. Pero si te acercas al atardecer, cuando las luces te guían y el ruido del mar te envuelve, caerás rendido a su magia y si agudizas el oído, al son de sus populares habaneras.

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Madremanya, municipio medieval a pie de las Gavarres

La localidad de Madremanya pertenece a la comarca del Gironès, guarda todo el encanto de los pueblos medievales del Empordà a los que suma su carácter rural y la proximidad de los bosques de encinas y alcornoques del macizo de les Gavarres.

Este bello pueblo está situado en el extremo este de la comarca del Gironés y limita con el Baix Empordà, junto los pueblos de Bordils y Corçà, muy próximo a otros pueblos medievales con encanto como Monells, La Pera, Púbol o Sant Martí Vell.

El núcleo antiguo de Madremanya se encuentra sobre la cima de una colina, en él destaca el campanario de la Iglesia parroquial fortificada de Sant Esteve, de estilo románico tardío, construido sobre el año 1300.

Os recomendamos pasear sin prisas, entre las calles estrechas del núcleo antiguo, para apreciar cada detalle.. La calle de la Creu, el carrer de les Mosques, el de la Processó… muestran en las fachadas de sus casas decoraciones con motivos florales, geométricos y molduras de estilo gótico y renacentista.

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Pals, el mirador del Empordanet

Pals cuenta con un valioso patrimonio histórico, donde se combinan perfectamente tres estilos arquitectónicos, el románico, el gótico y el barroco, debido a los distintas épocas de construcción.

Bóvedas, portaladas, ventanas románicas y góticas, relieves arabescos y verjas forjadas por los antiguos maestros de la piedra y el hierro, que parecen no sufrir el paso del tiempo. Su casco viejo cuenta con edificaciones del s.IX, calles empedradas llenas de belleza e historia, que reflejan los distintos colores dorados de la piedra arenisca de sus edificios.

En la Vila medieval abrazada por la muralla, destacan, la Torre de las Horas, reconocida como el emblema del pueblo y uno de los pocos restos que se conservan del castillo, la Iglesia de Sant Pere, El Campanario o el recinto gótico con sus casas de piedra de donde destaca El Pedrol.

Otro punto de obligada visita es el Mirador d’en Josep Plà, el famoso escritor palafrugellense, desde el que podemos observar la llanura empurdanesa en toda su extensión, terrenos de cultivo, arrozales, el macizo del Montgrí y las Illes Medes.

Gracias a la restauración del conjunto medieval de Pals y al esfuerzo de preservar su patrimonio, la localidad empordanesa ha recibido distintos galardones: en 1949 fue considerado BCIN (Bien Cultural de Interés Nacional), recibió el Premio Nacional de Bellas Artes en 1973, el Premio nacional de Belles Arts i Turisme en 1980 y en 1986 la Generalitat le otorgó la medalla de Honor del Turismo de Cataluña.

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Peratallada, muestra excepcional de arquitectura medieval

Uno de los pueblos con más encanto de Cataluña es, sin duda, Peratallada situado en el Baix Empordá. El pueblo en su conjunto es una muestra excepcional de arquitectura medieval, siendo uno de los más atractivos y mejor conservados de Cataluña, motivo por el que fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Su nombre parece provenir por el desarrollo arquitectónico de las primeras construcciones, basadas en la piedra “pera” cortada “tallada”.

Peratallada conserva el antiguo aspecto de pueblo feudal, con su laberinto de callejuelas estrechas y sus edificios singulares como el castillo fortificado con su Torre del Homenaje, el palacio y las murallas, todos ellos datados entre los siglos XI – XIV.

El núcleo cuenta también con una iglesia románica de principios del siglo XIII. Otro elemento característico es el foso que lo rodea, excavado en la roca, sobre la que se asienta el pueblo.

La localidad cuenta con una excelente oferta gastronómica y comercial, un gran atractivo añadido para los visitantes. En sus calles medievales encontramos numerosos restaurantes y tiendas de artesanía.

En definitiva, la villa de Peratallada es, sin duda, uno de los activos turísticos más remarcables de Cataluña y una parada obligada para el visitante que se encuentre en esta zona del Empordá.

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La Vila Vella de Tossa de Mar

Para los amantes de la historia medieval y antigua, esta es una experiencia turística única. La Vila Vella de Tossa de Mar, es un recinto declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931, único símbolo de una población medieval amurallada en la costa catalana.

En el interior de la fortificación se conserva prácticamente todo, la visita es una experiencia auténtica para los amantes de la historia, de lo gótico, lo romano y lo medieval, en una perspectiva condensada a través del tiempo.

Dentro de la Vila Vella se conservan alrededor de 80 casas con magníficos ventanales y cristaleras góticas, habitadas actualmente. Sus calles son estrechas, pedregosas y desorganizadas…formadas y construidas en pavimento de guijarros, propio del estilo urbano de la época.

Sin duda, un emplazamiento único del que disfrutar de la historia y la costa por igual.

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