Os proponemos una visita por Pals, uno bello pueblo medieval del Baix Empordà situado sobre la cima del Puig Aspre, donde se divisa una de las panorámicas más bellas del Empordanet, especialmente si visitamos el Mirador d’en Josep Plà.
El mirador, que toma el nombre del famoso escritor palafrugellense, está situado en la Casa Museu Ca la Pruna, en este punto se puede observar la llanura empurdanesa en toda su extensión, terrenos de cultivo, arrozales, el macizo del Montgrí y las Illes Medes de fondo.
Su casco viejo, con algunas edificaciones ya datadas desde el s.IX, transcurre a través de calles empedradas, llenas de belleza e história, donde se reflejan y mezclan los distintos colores dorados de la piedra arenisca de las edificaciones.
Tres estilos arquitectónicos diferentes se entrelazan, el románico, el gótico y el barroco, debido a los distintas épocas de construcción.
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La Vila Medieval y su recinto gótico
En la Vila medieval, abrazada por la muralla, destacan, la Torre de las Horas, reconocida como el emblema del pueblo y uno de los pocos restos que se conservan del castillo, la Iglesia de Sant Pere, El Campanario o el recinto gótico con sus casas de piedra de donde surgen El Pedrol o las torres góticas.
Pals cuenta con un valioso patrimonio histórico, donde se combinan perfectamente los tres estilos arquitectónicos antes mencionados, en nuestro paseo podremos observar bóvedas, portaladas o ventanas románicas y góticas, relieves, arabescos y verjas forjadas por los antiguos maestros de la piedra y el hierro, que parecen no sufrir el paso del tiempo.
Pals no merece una visita sino cien visitas
Como decía Josep Pla, “Pals no merece una visita sino cien visitas”, cada una de ellas nos descubrirá un rincón diferente y especial de su entorno.
Son muy destacables las distintas masías situadas fuera del recinto amurallado pero próximas al centro medieval, el Mas Roig, el Mas Tafurer también conocido como el Molí de Pals, el Mas Gelabert, el Cap dels Anyells, el Mas Jofre o Can Pou de ses Garites, incluso encontraremos algunas de ellas fortificadas, como la Torre Pedrissa.
Gracias a la restauración del conjunto medieval de Pals y al esfuerzo de preservar su patrimonio, la localidad empordanesa ha recibido distintos galardones, en 1949 fué considerado BCIN (Bien Cultural de Interés Nacional), recibió el Premio Nacional de Bellas Artes en 1973, el Premio nacional de Belles Arts i Turisme en 1980 y en 1986 la Generalitat le otorgó la medalla de Honor del Turismo de Cataluña.
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El Arroz y su gastronomía
Hablar de Pals, es hablar también de su arroz, uno de los productos estrella de la localidad y un imprescindible en la cocina catalana. Los campos de arrozales que se extienden por toda la localidad, bellos espejos de luz y color, son atravesados por caminos que pueden recorrerse haciendo excursiones a pié o paseos en bicicleta.
El cultivo del arroz en esta zona fué introducido en el s.XV por los árabes que provenían de la ciudad de Valencia.
La siembra se realiza entre finales de abril y principios de mayo y su recolección desde finales de septiembre hasta finales de octubre, siempre respetando unos compromisos agroambientales, que permiten además de la producción del arroz de Pals, la conservación de la fauna biológica y los organismos acuáticos que viven en los arrozales.
Desde 1993, el pueblo medieval de Pals, organiza con la colaboración del Ayuntamiento, los molinos productores de arroz y los diferentes restaurantes del municipio, la Campaña Gastronómica “Pals i la Cuina de l’ arròs” (Pals y la cocina del arroz) cuyo objetivo es difundir su producto estrella, el arroz de Pals, que se ha ganado también un lugar destacado en la cocina catalana tradicional.
Entorno natural
Pals forma parte del Parque Natural del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter, el espacio protegido de Les Basses d’en Coll, es una zona de marismas con un gran valor ecológico, compuesto por dunas y vegetación autóctona de sauces, olmos y cañaverales.
Además, es un entorno destacado dentro de la reserva natural ya que es un punto de encuentro y nidificación de diversas especies de aves como el “martinet menut” entre otras.
Su playa es extensa, se divide en dos sectores, la Platja del Grau, poco profunda y de arena fina y la Platja Gran, al sur, de arena más gruesa y con fondos más pronunciados.
En Pals la puestas de sol son una maravilla, hasta esta localidad se acercan los amantes de la fotografía para captar las bellas imágenes que este escenario ofrece con las últimas luces del día, gracias a las extensas llanuras con pocos desniveles en las que se distinguen las marismas, los arrozales, las bellas playas que se completan con las magníficas Illes Medes.
Fiestas y tradiciones
La localidad también ofrece numerosas ocasiones en las que disfrutar de sus fiestas tradicionales y leyendas, destacamos el Pesebre Viviente (diciembre-enero) , la Plantada y Siega tradicional del arroz (abril-mayo), la Feria de Vinos y Cavas de Catalunya (agosto), o la Cantada de Habaneras (julio).
Podréis conocer un poco más de su história gracias a las visitas guiadas de temática diversa que se realizan durante todo el año en el Recinto Gótico, las Rutas Josep Pla organizadas por su Fundación o la Ruta Cristóbal Colón y la villa de Pals, entre otras.
Pals es además fundador junto con los municipios de Mungia, Lekeitio, Rubielos de Mora y Begur, de la Asociación Cittaslow, la red de municipios del movimiento slow que apuesta por la calidad de vida en el estado español.