La organización Oceana ha encontrado errores en el Estudio de Impacto Ambiental de exploración sísmica que podrían poner en peligro las áreas y caladeros de la zona del Golfo de León para las especies de la zona tales como el atún rojo, la anchoa o la langosta.

¿Qué es un sondeo sísmico?
Un sondeo sísmico es un tipo de prospecciones preliminares de suelos que utilizan las empresas del sector petrolero para saber si hay posibilidad de encontrar hidrocarburos bajo el suelo que analizan.
Para ello se estudia la velocidad de propagación de ondas sísmicas que se comportan de forma distinta en base a los materiales que forman el subsuelo, el fracturamiento y la alteración del mismo en un proceso que produce un ruido muy elevado. De esta forma se puede saber si hay posibilidad de que haya hidrocarburos escondidos bajo el suelo.

Peligros de un sondeo sísmico
El mayor peligro de un sondeo sísmico se produce sobre las especies marinas en general y sobre los cetáceos en particular. El peligro proviene principalmente del ruido de estas operaciones ya que el océano es un entorno acústico donde los animales utilizan el sonido para su supervivencia. Sin su sentido del oído tan desarrollado les es muy difícil encontrar alimento, evadirse de los depredadores o comunicarse entre ellos. Las ondas sonoras de un sondeo sísmico pueden llegar hasta los 260 decibelios (por encima de los 180 que se consideran peligrosos para los mamíferos marinos) y pueden producir pérdida de oído permanente, desorientación, hemorragia cerebral y la muerte.

Problemas en el Golfo de León
Según la organización Oceana el estudio de la empresa SeaBird no es suficientemente exhaustivo en el análisis del impacto en las especies y hábitats de las especies del Golfo de León llegando, incluso, a incumplir la normativa estipulada. Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta que el proyecto que se pretende llevar a cabo está en unas latitudes en las que conviven hasta 200 especies de las cuales 39 se consideran importantes para la pesca del Mediterráneo. En ese sentido puede afectar a especies tan necesarias y vitales como el atún rojo, la sardina, la merluza, la langosta o el pez espada.
El impacto es de gravedad tanto para el ecosistema marino como para aquellas personas que viven de la pesca tales como los pescadores de anchoa de l’Escala o los pescadores de langosta de Menorca. El proyecto no tiene en cuenta, por tanto, ni el impacto medioambiental ni el impacto económico en la zona.

Especial peligro para los cetáceos
Cabe destacar en particular el peligro que suponen las prospecciones para los cetáceos, como ya se ha mencionado, puesto que el proyecto se lleva a cabo sobre el corredor migratorio de estos animales. Los animales de esta familia, incluidos algunos en peligro de extinción, como el caso del rorcual común o del cachalote (de los cuales tan solo quedan 400 ejemplares en esta área) pueden verse gravemente afectados por las prospecciones poniendo en peligro la integridad de estas especies.

Reivindicaciones
Por todas estas razones, así como por el hecho de que el proyecto no cumple con la normativa vigente española (tiene en cuenta la normativa de 2008 en lugar de la actual de 2013) y por el hecho de que el proyecto no ha sido puesto a información pública, Oceana concluye que debe emitirse una Declaración de Impacto Ambiental Negativo y solicita que el proyecto no siga adelante. Asimismo, pide que se aclare si SeaBird ya ha realizado prospecciones de forma ilegal en la zona debido a un informe que le atribuyó unos sonidos de sondeo sísmico no aprobados.

Deja una Respuesta