Entre los muchos atractivos que podemos encontrar en Peralada, uno de los pueblos vitivinícolas más céntricos de la D.O. Empordà, está la posibilidad de visitar el Claustro de Sant Domènec, último resto de un convento que si bien tiene un origen agustiniano (segunda mitad del siglo XI) recibe su nombre al ser ocupado por monjes dominicos desde 1578 a 1835.
El Claustro está incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña y protegido como Bien Cultural de Interés Nacional. Aunque el resto de los edificios que integraban el recinto, como su iglesia, fueron de derribados porque amenazaban ruina, el Claustro ha persistido, ahora dentro de un entorno ajardinado, al que podemos acceder entrando en la Oficina de Turismo de Peralada.
* pulsa en la imagen para ampliar
Se trata de un hermoso claustro románico rectangular, donde encontraremos 7 pares de columnas en su lado más ancho (norte y sur) por 6 pares en el más estrecho (este y oeste), en total 52 capiteles ornamentados, de formas muy variadas, pero que podemos agrupar en zoomórficos (como los leones rampantes, corderos y sirenas pájaro), de representación histórica, representación geométrica y representación vegetal.
Esta variedad, nos lleva a pensar que la autoría corresponde a diferentes artesanos, varias épocas y probablemente a que en algún momento fue reconstruido alterando su orden, pues no existe un hilo argumental común. Encontramos algunas escenas de cacería, otras de la biblia (como la historia de Adán y Eva o la representación del Paraíso) o las armas de la familia Rocabertí (capiteles de la galería meridional), muy importantes durante la edad media en el Alt Empordà, cuando fue el centro del Condado de Peralada (Comitatus Petralatensis), siendo su primer titular Francesc Jofre de Rocabertí i de Pacs, vizconde de Rocabertí.
Es un claustro de un tamaño contenido, sus máximas exteriores son de 9,38 metros por 11,38 metros, facilitando un espacio interno de poco más de 77 metros cuadrados, pero en una visita a Peralada, no puede faltar disfrutar de la belleza de este monumento, sin olvidarnos de la iglesia de Sant Martí, la iglesia y el convento del Carme, los restos de la muralla del siglo XIV y el gran Castillo de Perelada, construido por los citados Condes de Rocabertí.