Para los amantes de la historia medieval y antigua, y los caminantes de antiguas zonas de piedra, esta es una experiencia turística casi obligada.
La Vila Vella de Tossa de Mar, es un recinto declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931, único símbolo de una población medieval amurallada en la costa catalana. Una fortificación que ha sufrido ataques, reconstrucciones y remodelaciones, caídas y épocas de máximo esplendor.
Situada en Tossa de Mar, la Vila Vella se alza con una vista privilegiada sobre su playa principal, con una panorámica perfecta de la platja d’es Codolar y la bahía de Tossa.
Tossa de Mar, esta zona costera, y su fortificación, Vila Vella, fueron objeto de numerosas invasiones y ataques pirata en el pasado. La construcción original de las murallas de Vila Vella fechan de finales del s.XII y comienzos del s.XIII.
El aspecto bien conservado y su presencia actual son fruto de la reconstrucción que tuvo lugar en 1387, y que mucho más tarde serían afianzadas en sucesivos trabajos de restauración entre los años 1920 y 1990.
De Mont Guardí a Vila Vella, la obra de un abad
La historia de la Vila Vella empieza con el relato de un antiguo abad de Ripoll, Ramón de Berga. Este abad concedió un permiso a cierta población de las zonas de montaña para instalarse en lo que antes se conocía cómo Mont Guardí, hoy, la Vila Vella. Así comenzó la historia de su población.
A través de un magnífico portal se accede a la Vila Vella a través del patio de armas, dónde antiguamente, daban la bienvenida tres escudos de armas representativos de sus familias. En el interior de la fortificación se conserva prácticamente todo gracias a numerosas reconstrucciones.
La visita es una experiencia única y verdaderamente auténtica para los amantes de la historia, de lo gótico, lo romano y lo medieval, en una perspectiva condensada a través del tiempo.
Dentro de la Vila Vella se conservan alrededor de 80 casas, con magníficos ventanales y cristaleras góticas, en el interior de las cuales todavía vive gente. Las calles son estrechas, pedregosas y desorganizadas, formadas y construidas en pavimento de guijarros, propias del estilo urbano de la época.
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Visitando la villa y caminando por el pasado
Vila Vella puede recorrerse a través de su muralla, contemplando las magníficas vistas alzadas del Mar Mediterráneo y simulando la antigua guardia que debían realizar una noche tras otra sus vigías.
Dentro de la fortificación se situaba, en el punto más alto, el Castillo de Vila Vella, hoy en día el Faro de la fortificación, con la misión de guiar a los barcos en vuelta a casa.
Otra de las construcciones más significativas es la que antiguamente se conocía como la Casa del Batlle Sac, la persona que ejercía en función de alcalde o gobernador, y dónde actualmente se sitúa el Museo Municipal, por ser considerado uno de los edificios más nobles.
Dentro de la Vila Vella se encuentran las ruinas de una antigua iglesia ojival, así como también la iglesia gótica de San Vicenç, magnífica construcción que se eleva en lo que antes era una iglesia románica.
Diversas torres son los puntos de referencia dentro de la Vila Vella. Las torres, es Codolar, les Hores, y la torre d’en Jonás, distribuidas por la fortificación y dando unas maravillosas vistas de la costa, el interior de la villa, su caserío y la bahía de Tossa, así como de la cala d’es Codolar.
Sin duda, un emplazamiento único del que disfrutar de la historia y la costa por igual.